Los objetivos de desarrollo del milenio direccionan de manera clara las actividades que el mundo entero debe seguir, puesto que si no tuviéramos una meta en común, todo lo que se hace en relación al progreso y al desarrollo de las personas, comunidades, culturas y de la sociedad en general serian esfuerzos aislados que no necesariamente tendrían la misma fuerza y el mismo impacto que se logra a través de la unión de las naciones.
Los “males o problemas” que aquejan nuestro planeta no son indistintos entre los continentes y países, unos aquejan más que otros dependiendo de donde nos ubiquemos, pero de igual modo lo que afecta a una cultura a un lado del planeta, también afecta a quienes se encuentre al otro lado. Así es como la globalización a través de los medios de comunicación nos han hecho reconocer todo lo que afecta nuestro mundo, permitiéndonos saber que no somos tan diferentes y que de una u otra manera todos somos seres humanos y que debemos comprometernos para que podamos todos podamos vivir de manera más digna y con las condiciones que mínimamente deberíamos tener, condiciones que respeten y promuevan los derechos humanos.
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